El yoga es una práctica compuesta por posturas físicas, técnicas de respiración y meditación que tiene evidencia científica que ayuda a sobrellevar el cáncer y otros numerosos beneficios para la salud
Originaria de la India, el yoga se define como una práctica de cuerpo y mente compuesta de posturas físicas, técnicas de respiración y meditación (1).
¿Cómo puede ayudar el yoga durante el cáncer?
El yoga genera beneficios muy valiosos a nivel cognitivo como calma y autoconocimiento (2).
De acuerdo con la evidencia médica, el yoga puede disminuir la fatiga relacionada con el cáncer, mejorar la calidad del sueño, reducir la ansiedad, depresión o estrés y ayudar a recuperarse de una cirugía relacionada con el cáncer (3).
El yoga menos extenuante puede ayudar a reducir algunos efectos secundarios del tratamiento (quimioterapia/radioterapia) (3).
También vale acotar que las posturas de yoga trabajan la flexibilidad corporal. De hecho, la práctica regular de yoga es tan efectiva como los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar la condición física funcional (4).
Adicionalmente, el yoga puede ayudar disminuir el dolor de la espalda, aumentar la fuerza, generar paz y felicidad y cuenta como un tipo de ejercicio físico de bajo impacto que siempre debe practicarse con alguien experto (5).
¿Cómo practicarlo?
Primero, es siempre importante consultar con el médico antes de iniciar cualquier plan de ejercicios (5), especialmente si tienes una condición médica.
El yoga puede dividirse en estos tipos principales de práctica (1):
- Karma: yoga de meditación sin posturas y sin técnicas de respiración.
- Pranayama: yoga de ejercicios de respiración con una técnica específica, sin posturas o meditación.
- Hatha: yoga de posturas sin meditación técnica de respiración.
- Risa: yoga de solo risa sin los otros componentes.
De la misma manera, no existe una frecuencia ideal de este tipo de ejercicios y las sesiones pueden durar entre 20 minutos y una hora, dependiendo de la práctica.
Si sientes interés por probar esta destreza milenaria, averigua en tu localidad los tipos de clases, frecuencia y duración. Hoy en día incluso existen modalidades virtuales, si se te dificulta o no te sientes cómo asistiendo presencialmente.
Busca uno que se adapte a ti y que no te genere estrés adicional y puedas ser constante.
Lo importante es que puedas añadir el yoga como un complemento a los hábitos y herramientas que estés usando para lidiar con el cáncer, ya que sus beneficios están bastante comprobados.
Daniella Bellizia Chacón
Nutricionista – dietista
Equipo Anticáncer Carlos Malatesta
Referencias bibliográficas
- Patwardhan AR. Yoga Research and Public Health: Is Research Aligned With The Stakeholders’ Needs? J Prim Care Community Health. 2017 Jan;8(1):31-36. Disponible en la web en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5932652/pdf/10.1177_2150131916664682.pdf
- Veronica Gayá. “yoga, mucho más que ejercicio”. El siglo de Europa, ISSN 2254-9234, Nº. 1105 (13 abril), 2015, págs. 44-45. Disponible en la web en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5152299
- Hope Cristol.” Yoga for People with cancer”. Web MD. 2022. Disponible en la web en: https://www.webmd.com/cancer/yoga-cancer
- Gothe NP, McAuley E. Yoga Is as Good as Stretching-Strengthening Exercises in Improving Functional Fitness Outcomes: Results From a Randomized Controlled Trial. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2016 Mar;71(3):406-11. Disponible en la web en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26297940/
- Stacy Simon. “Dígale sí al yoga”.American Cancer Society. 2 Oct, 2019. Disponible en la web en: https://www.cancer.org/es/cancer/noticias-recientes/digale-si-al-yoga.html